En un mundo digitalizado, la gestión de riesgos internos es un factor fundamental para la seguridad de la información en las empresas. Con la entrada en vigencia de la Ley 21.719 en Chile en diciembre de 2026, las organizaciones deben reforzar sus estrategias de protección de datos y mitigar posibles amenazas internas que puedan comprometer la seguridad de la información.
¿Qué es la gestión de riesgos internos?
La gestión de riesgos internos se refiere al conjunto de procesos, controles y tecnologías implementadas dentro de una organización para identificar, evaluar y mitigar amenazas internas que puedan afectar la seguridad de los datos y el cumplimiento normativo. Estas amenazas incluyen:
- Fugas de información intencionales o accidentales.
- Acceso no autorizado a datos sensibles.
- Errores humanos en el manejo de información.
- Uso indebido de dispositivos y redes corporativas.
- Amenazas internas, como colaboradores malintencionados o negligencia.
La importancia de una estrategia de gestión de riesgos
La Ley 21.719 impone mayores responsabilidades a las empresas en la protección de datos personales, incluyendo la implementación de medidas de seguridad adecuadas. Una estrategia sólida de gestión de riesgos internos ayuda a:
- Prevenir filtraciones y brechas de seguridad.
- Cumplir con la normativa legal y evitar sanciones.
- Proteger la reputación de la empresa ante clientes y socios.
- Detectar y responder a incidentes de seguridad de manera eficiente.
- Fomentar una cultura organizacional de seguridad y cumplimiento.
¿Cómo implementar una gestión de riesgos internos efectiva?
- Evaluación de riesgos
El primer paso es identificar y analizar las posibles amenazas internas que puedan comprometer la seguridad de los datos en la empresa. Esto incluye:
- Auditorías de seguridad.
- Análisis de accesos y privilegios.
- Identificación de vulnerabilidades en procesos y sistemas.
- Implementación de soluciones de seguridad
Las empresas deben adoptar herramientas tecnológicas avanzadas para prevenir y mitigar riesgos internos. Entre ellas, destaca Safetica DLP (Data Loss Prevention), que permite:
- Monitoreo en tiempo real del uso y movimiento de datos sensibles.
- Prevención de fuga de información por correo, USB o almacenamiento en la nube.
- Restricción de accesos según roles y permisos de los empleados.
- Registro y auditoría detallada de actividades relacionadas con datos personales.
- Capacitación y sensibilización de los colaboradores
Uno de los mayores riesgos internos es el error humano. Por ello, es clave que las empresas inviertan en programas de capacitación y concientización para:
- Enseñar buenas prácticas en ciberseguridad.
- Sensibilizar sobre el manejo seguro de datos personales.
- Implementar simulaciones de ataques internos y pruebas de seguridad.
- Establecimiento de políticas y protocolos de seguridad
Las empresas deben definir y documentar políticas internas de seguridad que establezcan:
- Normas claras sobre el uso y acceso a información confidencial.
- Protocolos de respuesta ante incidentes de seguridad.
- Controles de acceso y medidas de autenticación reforzadas.
- Supervisión y auditoría continua
La gestión de riesgos internos no es un proceso estático. Las empresas deben realizar evaluaciones periódicas para ajustar y mejorar sus estrategias de seguridad, asegurando el cumplimiento de la Ley 21.719 y otras normativas de protección de datos.
Conclusión
La gestión de riesgos internos es una pieza clave en la seguridad empresarial y el cumplimiento normativo. Implementar estrategias de protección de datos y herramientas como Safetica DLP permite a las empresas mitigar amenazas, evitar sanciones y garantizar la integridad de la información.
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